¿Cómo afecta la fibromialgia a los ojos?

Fibromialgia y salud ocular

La fibromialgia es una enfermedad reumática a la que se asocian múltiples síntomas, como el dolor corporal generalizado, fatiga o problemas del sueño, pero también la salud visual se ve afectada.

El síndrome de fibromialgia es el segundo trastorno reumático más frecuente en los países industrializados. Fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1992 con los criterios del Colegio Americano de Reumatología que la definía como: un dolor crónico y generalizado de más de 3 meses de evolución y el hallazgo positivo de 11 de los 18 posibles puntos dolorosos a la palpación.

Se puede decir que la fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor, ya que se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son.

Solo en España padecen esta enfermedad 1.600.000 personas, de las cuales el 90% son mujeres de entre 40 y 50 años, aunque es una enfermedad que también afecta a los hombres.

Los pacientes que padecen esta enfermedad, desarrollan otras enfermedades asociadas, que pueden ir desde problemas digestivos y urinarios, ansiedad y depresión o producir un deterioro de la salud visual.

¿Cómo afecta a la salud visual?

Aproximadamente un 50% de las personas que padecen fibromialgia presentas problemas oculares asociados a la enfermedad. Estos son los más frecuentes:

  1. Ojo seco. La película lagrimal que nutre y protege el ojo se ve alterada, por lo tanto, empeora la calidad y estabilidad de la lágrima, provocando que el ojo no tenga una lubricación adecuada.
  2. Sensibilidad a la luz. La fibromialgia puede producir fotofobia, es decir, sensibilidad a la luz.
  3. Dolor en lo ojos. La fibromialgia se caracteriza por un dolor muscular generalizado, por lo que también puede afectar a los músculos oculares. El dolor puede llegar a ser intenso y punzante, y se puede ver incrementado por la fatiga, falta de sueño, ansiedad y estrés.
  4. Visión doble, borrosa o cambiante. Muchos pacientes con fibromialgia suelen tener problemas con la visión y la agudeza visual; problemas para enfocar o cambiar de enfoque, que suelen agravarse cuando el ambiente es seco o hay humo alrededor.

La mejor prevención, sin duda, es realizar revisiones oftalmológicas periódicas para diagnosticar a tiempo cualquier problema de salud ocular.