Desprendimiento de retina

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¿Qué es el Desprendimiento de Retina?

El Desprendimiento de Retina es una de las patologías más severas que puede acontecer en el ojo. Consiste en la separación de la retina neurosensorial y del epitelio pigmentario que le sirve de “base”. Esta anomalía provocará la pérdida de visión por la alteración en el metabolismo y nutrición de los fotorreceptores. Se trata de la patología más frecuente en la población miope. También puede aparecer en cualquier persona no miope, sobre todo en relación con diabetes, trauma o desprendimiento previo del vítreo (gel que rellena el ojo).

Tratamientos relacionados con el Desprendimiento de Retina

Salvo en desprendimientos de retina muy pequeños y que puedan ser tratados con fotocoagulación con láser, crioterapia selectiva o con inyección de gas (pneumorretinopexia), la inmensa mayoría de los casos deberán ser tratados con cirugía escleral o clásica y cirugía de vitrectomía, pudiendo combinar varias técnicas y tratamientos para conseguir un resultado satisfactorio y evitar la perdida total de la función visual.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son los signos y síntomas?

En principio, los síntomas y signos que acompañan a un desprendimiento de retina pueden ser la visión de cuerpos flotantes (miodesopsias) y/o fenómenos luminosos (fosfenos o fotopsias) sin que exista dolor. Después notará pérdida visual que será de inicio sectorial (como una nube o velo en un sector del campo visual) y que si no se trata a tiempo, derivará a una pérdida total de la función visual.

Diagnóstico del Desprendimiento de Retina

El diagnóstico de un desprendimiento de retina debe realizarlo un oftalmólogo mediante el examen del fondo de ojo. Podrá apoyarse además en pruebas complementarias como la retinografía a color, fotografía panorámica del fondo de ojo o la tomografía de coherencia óptica (O.C.T).

¿Cuál es el pronóstico en los tratamientos de Desprendimiento de Retina?

El porcentaje de éxito es variable según el tipo de desprendimiento de retina; no obstante, se puede generalizar que tras la cirugía, el éxito anatómico (aplicación de la retina desprendida), se logra en un porcentaje de casos superior al 90-95%, requiriendo para ello uno ó más procedimientos.

El principal factor de riesgo para el fracaso de la cirugía es el desarrollo de una proliferación vitreorretiniana (P.V.R) con la aparición secundaria de un nuevo desprendimiento. Pueden aparecer también otras complicaciones como formación de catarata, hemorragia, desprendimiento de la coroides, hipertensión o hipotensión ocular, pérdida o atrofia del globo ocular (ptisis), etc…

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