Según el Colegio Oficial de Ópticos – Optometristas, las características del agua de las playas y piscinas pueden provocar en verano un aumento de hasta un 20 % en los casos de irritación en los ojos.
Con la llegada del período vacacional y la subida de las temperaturas, con frecuencia buscamos una alternativa para refrescarnos. La playa o piscina son una buena elección para los días calurosos de verano. Pero además de las altas temperaturas, el aire acondicionado o una mayor exposición a la radiación ultravioleta, también el agua del mar y de las piscina pueden contribuir al desarrollo de patologías oculares como la sequedad ocular o el enrojecimiento.
El agua de ríos, playas, pantanos y piscinas puede contener gérmenes e impurezas, además, los productos químicos utilizados para desinfectar el agua de las piscinas, pueden causar irritación o infecciones en nuestros ojos.
¿Cómo puedes prevenirlo?
-Utiliza gafas de bucear. La mejor precaución es el uso de gafas de buceo para impedir el contacto del agua con el ojo. Si no puedes utilizarlas, al menos, procura no abrir los ojos bajo el agua.
-Limpia bien los ojos. Al terminar el baño, es recomendable lubricar los ojos con lágrima artificial o bien con un suero fisiológico monodosis.
-No te frotes los ojos. En caso de haberse introducido en el ojo algún cuerpo extraño, como puede ser la arena, al ejercer presión sobre el ojo puede provocar daños en la córnea.
-Utiliza gafas de sol. Aunque es recomendable utilizar gafas de sol durante todo el año como protección frente a la radiación ultravioleta, hay que incidir mucho más en su uso en la época estival.
Si aún siguiendo estos consejos sientes molestias, como sequedad o enrojecimiento, te recomendamos consultar con tu oftalmólogo.
